Nos gusta que las cosas pasen de verdad

Cuando se me ocurrió el nombre “Amantes del Fin de Tarde” mi vida era muy diferente. Había dejado Buenos Aires para mudarme a Mar del Plata, donde vivía frente al mar y trabajaba en una oficina por ocho horas diarias. Sin embargo, no estaba contento con lo que hacía y me costaba mucho adaptarme a mi nueva vida. La imagen idílica que tenía de playa, mar, surf y palmeras se alejaba cada vez más de la realidad. Pero poco a poco, gracias a momentos especiales, fui comprendiendo que lo que había venido a buscar no era exactamente lo que me había imaginado, y que había otras cosas inesperadas que eran aún mejores.

 

Recuerdo haber salido del mar solo, casi de noche, con colores que nunca había visto, un día cualquiera de la semana. En ese momento, me di cuenta de que había cambiado un subte o un embotellamiento por la sensación de estar descalzo en la playa después de un buen rato de surf en aguas frías.

 

 

Con el tiempo, logré dejar mi trabajo y me tomé unos años para pensar en qué me gustaba hacer. Fue entonces cuando conocí a Pepe y a otros grandes amigos con los que conviví durante varios inviernos en mi casa del bosque. Comprendimos que debíamos afrontar el desafío de vivir de las cosas que nos gustaban y nos hacían felices, y que debíamos hacerlo con mucha más responsabilidad. Así que nos propusimos intentarlo.

 

 

Desde sus inicios hasta hoy, Amantes del Fin de Tarde ha sido una constante exploración de todo lo que nos gusta hacer, y con ello nos ganamos la vida. Nunca soñamos con tener un hostel, una productora, un hotel en Bali o construir casas prefabricadas. Todo esto fue consecuencia de seguir nuestro corazón y elegir nuestro camino. No se trata solo de hacer negocios, sino de preguntarnos todo el tiempo: ¿dónde? ¿por qué? ¿con quién? ¿para quién lo hacemos?Hoy, podemos decir que nuestro objetivo inicial se ha cumplido. Vivimos de lo que amamos, y eso es una realidad.

Después de varias temporadas intensas, sentimos la necesidad de encarar todo lo nuevo a otro ritmo y de volver a conectar con nuestros inicios. Por eso, pensamos en este nuevo espacio, donde la esencia más pura de nuestra historia tenga un lugar. Un lugar donde la música, el arte, el surf y los personajes que fundaron este movimiento y los que nos inspiran tengan un espacio para contar su historia, simplemente “por amor”.

Pedro, Amantes del Fin de Tarde.

 

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